El día de hoy, como buen ciudadano peruano, me apersoné a sufragar. Desde que tengo uso de memoria, son las elecciones mas polarizadas que me ha tocado vivir. Fui a sufragar acompañado de mi menor hijo, M. Enrique, camino al centro de votación mi hijo y yo conversamos sobre el ambiente electoral, es decir el folklore relacionado al día de las elecciones:
- El desayuno electoral, transmitido por todos....y repito por TODOS los canales de TV de cada uno de los candidatos.
- Las personas que se dedican a ubicar los centros de votación.
- Las calles aledañas a los centros de votación con abundante comercio ambulatorio.
- Y, llegamos al tema de la tinta indeleble... sin duda no supe que decir cuando fui cuestionado por el motivo de su uso.
Durante es resto del camino seguimos conversando sobre otros temas relacionados a las elecciones, pero no pude quitarme de la cabeza la duda acerca del uso de la tinta indeleble.
No tuve problemas en realizar mi elección, bueno... quizás si: la presidenta de mesa, una risueña señora no tuvo compasión de mi dedo medio y lo sumergió casi hasta el segundo nudillo...como si hubiese leído mi mente y conocedora de la duda que tenia, quiso darme un recordatorio.
Al regresar a casa, y mientras esperaba (como todo el Perú) el "flash electoral" investigué un poco sobre la bendita tinta indeleble y esto fue lo que encontré:
En las elecciones de 1962, se utilizó tinta indeleble roja, sin embargo ante el cuestionamiento del Ejército, se impuso el uso de la actual tinta indeleble morada (cuya evidencia aún permanece en mi dedo).
En décadas pasadas,el uso de la tinta indeleble se justificaba porque buscaba evitar que una misma persona vote dos veces, suplantando la identidad de un votante, posibilidad que hoy se descarta, gracias al trabajo de la RENIEC y que ahora contamos con un documento único que incluye la fotografía del elector.
Fuente: www.elcomercio.pe, Edición 09/04/2011.
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